La Magia de los Círculos de Mujeres, una Técnica de Sanación Milenaria

Mujeres viajando al interior de su alma

El departamento del Cauca es una región que alberga una de las mayores diversidades étnicas de Colombia. Más del 25% de su población pertene a comunidades indígenas,  DANE (2018). Hoy por hoy, se ha convertido en un destino exepcional de turismo étnico y cultural para muchos viajeros. Fue en Popayán donde tuve la oportunidad de vivir una experiencia profundamente transformadora.

Deseando viajar a mi interior, contacté a Sofía, una mujer maravillosa y fundadora de Sahual Tours,  iniciativa que promueve el turismo de bienestar y crea espacios para la reconexión interior, especialmente pensados para mujeres. A través de ella llegué a mi primer círculo de mujeres, una práctica ancestral presente en múltiples culturas del mundo. Durante siglos, las mujeres se han reunido en torno al fuego, a la palabra, al silencio. En el Cauca, esa tradición sigue viva y cargada de sentido.

Un pequeño grupo de mujeres nos reunimos en un lugar lleno de paz, rodeadas de naturaleza, silencio y energía femenina. Nos guiaron tres maestras que nos acompañaron con sabiduría y amor en una jornada que incluyó momentos de autorreconocimiento del cuerpo, meditación, danza, lectura, ejercicios de respiración, masajes y, sobre todo, mucho espacio para la palabra y la escucha.

Lo más valioso de este encuentro fue sentirnos tribu. Mujeres de diferentes edades, profesiones e historias, pero unidas por un mismo anhelo: sanarnos, entendernos, liberarnos. Escuchar testimonios de mujeres que han vivido diferentes tipos de violencia fue profundamente doloroso; sin embargo, también comprendí que mi escucha era parte de su proceso de sanación. Y ese simple acto de estar presente y contener, tiene un valor incalculable.

En una sociedad dominada por hombres, donde las mujeres no disfrutamos con plenitud nuestra feminidad, donde las tensiones sociales y personales nos atraviesan constantemente, donde todo corre tan rápido, los círculos de mujeres se convierten en un refugio espiritual y emocional. Son una práctica sagrada y ancestral, viva en muchas culturas, que nos recuerda lo poderosas que somos cuando nos reunimos en sororidad y respeto.

Este encuentro fue un antes y un después, fue medicina para mi cuerpo, pero, sobre todo, para mi alma. Me regaló respuestas, pero también preguntas necesarias. Me hizo reconciliar conmigo misma, pero también con mis ancestras. Me llenó de mucho amor y me recordó que no estamos solas.

Si eres mujer, te invito a vivir esta experiencia. No necesitas nada más que ganas de escucharte y de abrir tu corazón. Créeme, te vas a sorprender con lo que puedes encontrar dentro de ti.

Stefania Burbano