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Cierres del Parque Tayrona 2026 – y cómo aprovechar de forma consciente la pausa del parque

Aunque el Parque Nacional Tayrona cierre temporalmente en 2026, los viajeros no tienen por qué renunciar a la aventura. Presentamos alternativas sostenibles en los alrededores: desde senderos arqueológicos en la selva y aventuras de tubing hasta montañas cafeteras, lagunas de flamencos y encuentros culturales. ¡Déjate inspirar!


El Parque Nacional Tayrona, en la costa caribeña de Colombia, es famoso por sus playas tropicales y paisajes selváticos, pero cada año el parque se toma varias pausas necesarias. ¿Qué hacer si Tayrona está cerrado durante tu viaje? No te preocupes: la región de Santa Marta ofrece numerosas experiencias alternativas igual de fascinantes y auténticas. En este artículo descubrirás cuándo estará cerrado el Parque Tayrona en 2026 y por qué, y sobre todo qué actividades en los alrededores harán que tu viaje a Colombia siga siendo inolvidable.


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Cierres del Parque Nacional Tayrona 2026 – ¿cuándo y por qué?

En 2026, el Parque Nacional Tayrona estará previsiblemente cerrado en tres periodos: del 1 al 15 de febrero, del 1 al 15 de junio y del 19 de octubre al 2 de noviembre. Durante estas semanas, todos los accesos al parque y las instalaciones turísticas permanecerán cerrados.


¿Por qué estos cierres regulares?

Detrás de ellos existe un acuerdo con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y las autoridades ambientales. Cada año, el parque se “deja en calma” durante algunos días para que la flora y la fauna puedan recuperarse del impacto de los visitantes. Al mismo tiempo, los pueblos indígenas locales —como los Kogi, Wiwa y otras comunidades— realizan importantes rituales espirituales de limpieza en el territorio. Por ello, los periodos de cierre coinciden deliberadamente con fechas tradicionales específicas dentro del calendario indígena. Para los viajeros, esto significa no tener acceso temporal a las playas y senderos de Tayrona, pero también la oportunidad de descubrir alternativas que de otro modo podrían pasar desapercibidas.


Actividades alrededor de Tayrona durante el periodo de cierre

Incluso sin acceder al parque nacional, hay mucho por descubrir en los alrededores de Tayrona. Desde senderos selváticos ocultos con sitios antiguos hasta pueblos de montaña y aventuras fluviales: aquí te presentamos cinco alternativas sostenibles para aprovechar al máximo la pausa de Tayrona.


1. Sendero Bunkuany: caminata arqueológica al “Corazón del Mundo”

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Bunkuany es un verdadero secreto bien guardado para los amantes del senderismo y la cultura. Este sendero poco conocido, en las estribaciones de la Sierra Nevada, conduce a terrazas arqueológicas de la cultura Tairona, tan místicas como la famosa Ciudad Perdida, pero mucho más accesibles. En una caminata guiada (con inicio en el pueblo de Calabazo) descubrirás estructuras de piedra centenarias, ocultas en la selva, que en su día fueron espacios residenciales y ceremoniales de los pueblos originarios. Las terrazas de Bunkuany permanecen escondidas bajo el dosel verde del bosque y aún hoy son consideradas sitios sagrados por los Kogi locales. Aquí podrás sentir de cerca el legado de los pueblos originarios del “Corazón del Mundo”, rodeado por el impresionante paisaje natural de la Sierra Nevada de Santa Marta.


A diferencia del trekking de varios días a Ciudad Perdida, Bunkuany puede recorrerse en un solo día, o ampliarse opcionalmente a 2–3 días para sumergirse aún más en el mundo de la Sierra Nevada. En el camino es posible encontrarse con campesinos locales o incluso con miembros de una comunidad indígena, y conocer de primera mano sus tradiciones. La combinación de aventura en la naturaleza y encuentro cultural convierte al sendero Bunkuany en una alternativa única, especialmente cuando Tayrona está cerrado.(Consejo: realizar la caminata con un guía local es indispensable; así conocerás las historias detrás de las ruinas y apoyarás a las comunidades locales.)


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2. Reserva Taironaka y tubing en el río Don Diego

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Los amantes del agua y la cultura encontrarán su lugar ideal en la Reserva Taironaka. Este sitio idílico a orillas del río Don Diego, a aproximadamente 1,5 horas al este de Santa Marta, combina historia y aventura en una sola excursión. Primero, se camina a través de densa selva hasta los restos de un antiguo asentamiento tairona. En la Reserva Taironaka se pueden ver terrazas de piedra reconstruidas fielmente, y un pequeño museo exhibe más de 300 piezas arqueológicas de los tairona y de los actuales kogui. Rodeado de naturaleza tropical, se percibe el espíritu de los ancestros y se obtiene una idea de la vida indígena de hace cientos de años.


Tras tanta cultura, llega la aventura: descender tranquilamente el río Don Diego sobre un gran neumático (tubing). Esta actividad es pura diversión: flotarás por un corredor selvático verde, pasando por manglares densos y enormes árboles de selva. Mantén los ojos abiertos para ver monos aulladores en las copas y aves exóticas a lo largo de la orilla. Después de aproximadamente una hora, la corriente suave te lleva hasta la desembocadura del río en el mar Caribe. Allí se abre una playa solitaria donde el agua dulce se encuentra con el agua salada. En días despejados, desde esta desembocadura escondida se pueden ver incluso los picos nevados de la lejana Sierra Nevada, un contraste mágico entre playa tropical y hielo eterno. Relájate en la arena dorada, disfruta de un baño en el mar o en el río y deja que el silencio te envuelva. Luego se regresa a la Reserva Taironaka en lancha o a pie. Esta excursión es ideal para disfrutar de naturaleza y ambiente de playa a pesar del cierre de Tayrona, y al mismo tiempo sumergirse en la ancestral cultura tairona.


3. Minca: experiencia de café y cacao en un pueblo de montaña

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Cuando el calor de la costa aprieta y las playas de Tayrona están fuera de alcance, Minca ofrece un refrescante respiro en la montaña. A solo unos 45 minutos de Santa Marta, este encantador pueblo se encuentra a unos 600 metros de altitud, en las laderas verdes de la Sierra Nevada de Santa Marta. Minca es considerada la “capital ecológica” de la región: aquí te esperan temperaturas más frescas, aire puro de montaña y una biodiversidad sorprendente. Es especialmente conocida por el cultivo de café y cacao. En una visita guiada puedes conocer una finca cafetera tradicional, ver cómo se recolectan y tuestan las cerezas de café y degustar el aromático café de la Sierra directamente en el lugar. Muchas excursiones incluyen también una visita a una pequeña finca de cacao, donde aprenderás cómo se elabora el chocolate de manera artesanal a partir del fruto del cacao, con degustación incluida, por supuesto.


Además, Minca ofrece hermosas cascadas y pozos naturales que puedes explorar por senderos propios. Un breve paseo lleva, por ejemplo, a la cascada Pozo Azul o a las Cascadas de Marinka, perfectas para un baño refrescante en medio de la selva. Los observadores de aves también disfrutarán de los bosques cercanos: desde tucanes de colores hasta diminutos colibríes, la vida bulle en el dosel. Minca combina naturaleza y cultura: conocerás el modo de vida de los caficultores, apoyarás el ecoturismo sostenible y podrás relajarte al mismo tiempo. Ya sea como excursión de un día o con una noche en un acogedor ecolodge, Minca es la alternativa perfecta para descubrir otra cara de la costa caribeña durante la pausa de Tayrona.


4. Tour de flamencos en La Guajira: toques rosados en una laguna salvaje

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Una excursión al extremo noreste de Colombia te transporta a un mundo completamente distinto. En el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos, un área protegida cerca del pueblo de Camarones en La Guajira, te espera un espectáculo natural impresionante: cientos de flamencos rosados caminando elegantemente por lagunas poco profundas. Estas lagunas costeras están rodeadas de vegetación desértica y dunas, creando un contraste fascinante: cielo azul intenso, arena color ocre y, entre medio, el brillante rosa de los flamencos.


El mejor momento para visitar la laguna es temprano por la mañana o al final de la tarde, cuando el calor es más suave y las aves están más activas. Pescadores y guías locales te llevan en sencillas canoas de madera sobre las aguas tranquilas. En silencio, se deslizan entre los manglares, siempre con la mirada puesta en la colonia de flamencos. Con un poco de suerte, podrás ver bandadas enteras alimentándose; su llamativo color se debe a los diminutos camarones que filtran del agua. Además de los flamencos, habitan aquí muchas otras aves costeras, desde garzas hasta pelícanos, lo que hace de este lugar un paraíso para los observadores de aves.


Un tour de flamencos en La Guajira es más que una oportunidad fotográfica: también ofrece una visión de la cultura wayúu, el pueblo indígena de esta región. A menudo tendrás la oportunidad de adquirir artesanías wayúu hechas a mano, como las coloridas mochilas, o probar pescado fresco directamente en la playa. Esta experiencia es una alternativa llena de color a la selva de Tayrona, ideal para amantes de la naturaleza y exploradores que desean experimentar la belleza silenciosa de la costa desértica.


5. Visitar comunidades indígenas: encuentros auténticos

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La Sierra Nevada de Santa Marta no solo es rica en naturaleza, sino también hogar de pueblos indígenas únicos. Cuando el parque nacional está cerrado, surge la oportunidad de emprender un viaje de descubrimiento cultural. Los tours responsables permiten visitar una comunidad indígena, por ejemplo un pueblo Wiwa o Kogui, descendientes de los tairona. Estas visitas no son turismo convencional, sino encuentros íntimos con una forma de vida ancestral. Acompañado por un guía indígena o intérprete, conocerás las tradiciones, costumbres y cosmovisiones de estos “Guardianes de la Tierra”. Tal vez te muestren las casas circulares de barro y palma, te expliquen el significado del bolso de coca (poporo) para los hombres o te inviten a participar en una sencilla ceremonia en armonía con la naturaleza. Se trata de un intercambio respetuoso y de comprender la sabiduría con la que estas comunidades viven en ritmo con su entorno.


Estos recorridos se realizan, por supuesto, únicamente en acuerdo con las comunidades y respetando su privacidad. Para los viajeros, pasar uno o dos días en una comunidad indígena puede ser profundamente enriquecedor: una experiencia humilde e inspiradora que perdura en el tiempo. Al mismo tiempo, tu visita apoya los esfuerzos de estas comunidades por proteger su cultura y su territorio. Especialmente cuando las atracciones habituales, como las playas de Tayrona, no están disponibles, un encuentro auténtico de este tipo puede convertirse en el momento culminante del viaje.


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El cierre temporal del Parque Nacional Tayrona no tiene por qué empañar tu viaje a Colombia; al contrario, abre la puerta a descubrir nuevos caminos fuera de las rutas habituales. Ya sea adentrándote en la historia tairona en el sendero Bunkuany, flotando por la selva de la Sierra Nevada rumbo al mar o compartiendo una fogata con caficultores en Minca, la magia de Colombia suele sentirse precisamente en los momentos inesperados.


Si te ha despertado la curiosidad y deseas un viaje a medida con estas experiencias tan especiales, el equipo de Chaska Tours estará encantado de asesorarte. Como especialistas locales en turismo sostenible en Colombia, te ayudamos a descubrir los tesoros de la región a tu manera: con corazón, criterio y el conocimiento de verdaderos expertos locales. ¡Bienvenidos! — y quizás hasta pronto en Colombia.



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