Encantadoras particularidades de los colombianos – Lo que los viajeros deben saber antes de venir
- Michael Gold
- hace 21 horas
- 4 Min. de lectura
¿Listo para tu aventura en Colombia? Viajar por Colombia ofrece mucho más que paisajes espectaculares y pueblos coloniales. Es una invitación a sumergirse en una cultura cálida, vibrante y, a veces, sorprendente. Para viajeros de Europa o Norteamérica, las costumbres cotidianas pueden parecer curiosas al principio, pero muchas de ellas se convierten en los recuerdos más entrañables. Desde la manera relajada de ver el tiempo hasta los bailes espontáneos en la calle, Colombia se vive con todo el cuerpo. Aquí te compartimos, con humor y cariño, las pequeñas peculiaridades culturales que conviene conocer antes de viajar, con algunos consejos prácticos para tu viaje por Colombia.

Tranquilo – La relación colombiana con el tiempo
En Colombia, el tiempo es... relativo. La palabra mágica tranquilo, que puede traducirse como “relájate” o “no pasa nada”, define una actitud general ante la vida. La puntualidad aquí no es una ciencia exacta: si un amigo colombiano te dice “llego en 10 minutos”, puede significar 30 o incluso más. Y “ahorita”, aunque suene a “ahora mismo”, en realidad podría querer decir “después” o “algún día”.
Para quienes vienen de culturas muy organizadas, esto puede ser desconcertante. Pero si lo aceptas, te das cuenta de que es una manera de vivir con menos ansiedad. Las cosas suceden cuando deben suceder, y no se trata de correr, sino de disfrutar. Consejo útil: deja márgenes amplios en tu itinerario y permítete fluir con el ritmo local. Tal vez descubras que esa pausa inesperada se convierte en el mejor momento del día.

Amabilidad y formalidad – Así se comunican los colombianos
Los colombianos son increíblemente amables, respetuosos y afectuosos. Un saludo no es solo un gesto: puede incluir un apretón de manos, un beso en la mejilla o incluso un abrazo, aunque recién se conozcan. Además, no es raro que amigos íntimos se hablen de “usted”, como forma de respeto, sin que eso reste cercanía.
La cortesía es parte del día a día. Al entrar a cualquier tienda, escucharás algo como “Buenos días, señor. ¿Cómo está usted?”, acompañado de una sonrisa genuina. Al dar las gracias, es muy común recibir como respuesta un cálido “con mucho gusto”.
Decir “no” directamente no es costumbre. En su lugar, se usan frases como “vamos a ver” o “de pronto”, que suavizan cualquier negativa. Esta delicadeza busca cuidar los sentimientos ajenos. Y, por supuesto, están los sobrenombres cariñosos: mi amor, mijo, reina, papi… que pueden salir de cualquier boca, incluso la del taxista. Es una muestra de cercanía, no de coqueteo.

Mi casa es tu casa – Hospitalidad genuina
La hospitalidad colombiana es real, generosa y viene del corazón. Cuando alguien te dice “mi casa es tu casa”, lo dice en serio. Tal vez te inviten a almorzar con su familia apenas unas horas después de conocerte, y te encuentres en una mesa llena, con platos como ajiaco o bandeja paisa, y la abuela asegurándose de que repitas.
Aquí los visitantes son tratados como reyes. No importa cuánto tenga alguien: si puede ayudarte, lo hará. Pregunta por una dirección y es probable que alguien no solo te indique, sino que te acompañe personalmente. Esta calidez no es por cortesía social, sino por convicción cultural. Acepta el gesto, comparte la comida, y verás cómo se construyen los momentos más memorables de tu viaje.

Colombia suena – y se siente
Colombia tiene banda sonora. No importa en qué parte del país estés, siempre escucharás algo: salsa, vallenato, reguetón, cumbia. Los buses, tiendas, plazas y casas vibran con música. Los vendedores ambulantes anuncian sus productos con voz potente (“¡Agüita fría!”), y en los barrios no faltan las celebraciones que se extienden hasta la madrugada.
Sí, al principio puede parecer ruidoso para quienes vienen de lugares tranquilos. Pero este “ruido” es alegría en estado puro. Colombia no es silenciosa, es expresiva. Y pronto verás que, lejos de molestar, esta energía es contagiosa. Si necesitas un respiro, los tapones para los oídos son buenos aliados. Pero lo más probable es que termines moviendo el pie sin darte cuenta. Colombia se vive con todos los sentidos, incluido el oído.

Bailar es vivir – Ritmo en la sangre
Bailar es parte de la vida cotidiana en Colombia. Desde niños hasta adultos mayores, todos se mueven con soltura al ritmo de la música. No importa si estás en una ciudad como Cali, una vereda de la costa o un pueblo andino: basta una canción y se arma el baile.
Cada región tiene su estilo: salsa en el Valle del Cauca, cumbia en la costa, champeta en Cartagena, reguetón en Medellín. Pero lo importante no es bailar perfecto, sino dejarse llevar. Si no sabes, alguien te enseñará con gusto.
¿Te da pena? Un traguito de aguardiente puede ser el empujón necesario. Y en cuestión de minutos, estarás bailando bajo las estrellas con nuevos amigos. Porque aquí, el baile no es espectáculo: es conexión, alegría y celebración de la vida.

Cercanía física – El calor humano se toca
En Colombia, la cercanía física es normal y bienvenida. Un saludo puede incluir beso, abrazo o contacto en el brazo. Caminar del brazo con una amiga o tomar la mano de un nuevo conocido no implica nada más que afecto genuino.
Para muchos extranjeros, acostumbrados a mantener cierta “distancia personal”, esto puede ser un pequeño choque cultural. Pero pronto se siente natural. Esa cercanía no es invasiva, sino una forma de demostrar aprecio. Y si entras a un lugar con varias personas, saluda a cada una individualmente: es señal de respeto y buena educación.
Después de unas semanas, es probable que empieces a extrañar esta calidez cuando regreses a casa. Un abrazo sincero, una palabra cariñosa, un apodo espontáneo… Colombia te abraza, literalmente.
En resumen: ven con mente abierta y corazón dispuesto
Colombia te recibirá con música, abrazos, comida deliciosa y alegría contagiosa. Sus particularidades culturales no son obstáculos, sino puertas a una experiencia profunda y auténtica. Si vienes con curiosidad, saldrás enamorado.
En Chaska Tours, estamos aquí para acompañarte en este viaje, no solo a través de montañas, selvas y pueblos, sino también por los caminos del alma colombiana. Porque más allá de los paisajes, lo que más recordamos de un país… es cómo nos hizo sentir.
¡Bienvenido a Colombia!
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